¿Esto es solo un mundo?, ¿o bien hay dos, uno real y otro aparte? ¿Cómo se relaciona lo material con lo espiritual? ¿O acaso llamamos mundo a algo que es una multiplicidad de cosas, pero, en realidad, no tendría sentido hacerlo porque no hay nada a lo que llamar mundo?
En respuesta a estas preguntas, hablamos de monismo, dualismo o pluralismo ontológicos.
Las ontologías monistas afirman que la realidad está compuesta por un único principio. Hay ontologías monistas materialistas, idealistas (o espiritualistas) y neutrales. Las materialistas afirman que solo existe la realidad material. En este caso tenemos a Demócrito y a Marx. Las ontologías monistas idealistas (o espiritualistas) mantienen que todo está explicado por as ideas del sujeto, como afirman Hegel. Por último, tenemos las ontologías monistas neutrales como es el caso de Spinoza quien afirma que todo es una única realidad sustancial de la cual son manifestaciones la materia y el pensamiento.
El dualismo ontológico afirma que la realidad, la naturaleza, se reduce a dos principios como es el caso de Platón y de Descartes.
El pluralismo ontológico afirma que la realidad se compone de múltiples sustancias o principios como es el caso de Empédocles que afirma que todo surge de cuatro elementos (agua, tierra, aire y fuego).
Veamos algunos casos detenidamente.
1.El monismo.
A lo largo del tiempo, los filósofos han propuesto enfoques muy diversos para aclarar el problema de la realidad. Para los filósofos monistas la asombrosa variedad y multiplicidad de lo que existe es solo una apariencia. Aunque a nuestro alrededor percibimos una gran diversidad de seres, en el fondo todo lo que existe es una única realidad. Cuando llegamos a comprender qué es lo que de verdad hay, nos damos cuenta de que lo que realmente existe es único.
Veamos varios casos entre los presocráticos monistas.
Los presocráticos se preguntaban por el principio o arjé a partir del cual todo está hecho en la naturaleza. Algunos presocráticos creían que el arjé es único, porque todo cuanto existe procede de un único principio. Estos filósofos son monistas, puesto que afirman que todo es, en el fondo, una única realidad.
Tales de Mileto, que es le primer filósofo del que tenemos noticia, creía que todo lo que percibimos está en realidad formado por agua. En cambio, Anaxímenes pensaba que el arjé fundamental del cual todo está hecho era el aire. Las demás cosas que existen no son más que diversas manifestaciones del aire. Según Anaxímenes, al expandirse el aire se convierte en fuego. Por el contrario, al comprimirlo se obtiene agua. Y al comprimir el agua se obtiene tierra. Así, las distintas realidades que forman todo lo que existe no son más que diversas manifestaciones de un único principio elemental.
Para Anaximandro, que también era un filósofo monista, el arjé es único, pero no se corresponde con ninguna de las realidades que podemos ver y tocar. El principio del que todo está hecho tiene que ser algo distinto, algo indefinido que origina toda lo que existe. A este “algo” Anaximandro lo llamó ápeiron, que en griego significa “lo indeterminado”-
La teoría de Pitágoras, que además de filósofo era matemático, es bastante más abstracta. Al estudiar los principios físicos de la música, Pitágoras descubrió que la armonía musical está relacionada con las proporciones matemáticas. Imagina un arpa en la que hay dos cuerdas, una con doble longitud que la otra. Estas dos cuerdas producen la misma nota con una diferencia de una octava. Si, en cambio, una cuerda tiene una longitud que es 2/3 de la otra, las notas que producen están a una quinta de distancia.
La relación entre la música y las matemáticas impresionó a Pitágoras. Extendiendo esta idea, imaginó que todo lo que existe en el universo está sujeto a proporciones matemáticas similares. Pitágoras creía que los planetas se mueven siguiendo proporciones matemáticas, y que todo lo que vemos no es en realidad nada más que el resultado de equilibrios y armonías entre números. Por eso a veces se afirma que Pitágoras es un filósofo monista, puesto que para él el arjé o principio del cual todo está hecho es el número.
2. El dualismo.
El caso más “famoso” de esta posición lo encontramos en Platón cuando afirma que existen dos mundos, dos realidades, dos naturalezas.
Platón (427 a.C.- 347 a.C.) se encuentra con la disyuntiva de dos metafísicas antagónicas: la que afirma que el principio más importante es el ser, al cual se llega a través de la razón (Parménides), y otra que es dinámica y está ligada a la materia (Heráclito). Platón determina que existen dos mundos: uno con las características que proponía Parménides acerca del ser y el otro con el dinamismo que describía Heráclito. Al ser dos realidades (dos principios) las que definen el mundo, estamos ante un dualismo ontológico.
Para Platón en el mundo de las ideas, éstas son realidades independientemente del mundo físico. Para Patón, son las únicas realidades posibles ya que de ellas deriva el mundo físico. Las ideas son los modelos de las cosas del mundo. Es lo real, lo verdadero, el ser.
En cambio, el mundo sensible es un mundo de apariencias (de sombras). Es el lugar donde se da el cambio y el movimiento y, por tanto, no puede darse verdadero conocimiento. Las cosas son tan solo copias del otro mundo: participan de las ideas, de los objetos reales (sin ellos no podrían ser sombra de nada).
Platón explica su teoría a partir del mito de la caverna, que ilustra su forma dualista de entender lo real. Los seres humanos están encadenados mirando hacia el fondo de la caverna, de tal modo que no pueden girarse y ver lo que pasa detrás de ellos. Para poder descubrir la verdad, deben soltarse de las cadenas y salir de la caverna. Ese “desencadenamiento” se hará a través del estudio, del uso de la razón. El mito de la caverna simboliza la salida al mundo de las ideas.
3. El pluralismo
Los filósofos pluralistas sostienen que la realidad, la naturaleza, es múltiple.
Para ellos, lo real está formado por varios principios elementales distintos que se combinan entre sí.
Entre los presocráticos encontramos algunos filósofos pluralistas, para quienes el arjé es múltiple. Empédocles, por ejemplo, creía que todo estaba compuesto por cuatro elementos básicos: fuego, aire, tierra y agua. Todo lo que existe, según Empédocles, está formado por una mezcla de estos cuatro elementos combinados entre sí en diferentes proporciones, gracias a la interacción de dos fuerzas cósmicas a las que él denominó amor y odio.
Algunos filósofos pluralistas creen que la realidad está formada por infinitos principios distintos. Anaxágoras sostenía que el arjé es una especie de semillas diminutas(homeomerías) que forman toda la realidad. Hay infinitos tipos de semillas distintas, que se combinan para producir los distintos objetos que podemos ver y tocar.
Los presocráticos pluralistas más conocidos son los atomistas Leucipo y Demócrito. Defendieron la idea de que todo está formado por unas partículas elementales a las que llamaron átomos. Estas partículas son indivisibles y pueden moverse y combinarse entre sí para formar todo lo existente.
(C. Prestel Alfonso. Filosofía Bachillerato. Editorial Vicens Vives. Madrid. 2022 - AA.VV. Filosofía. Editorial Santillana. Madrid. 2022)